Nada mejor que poner a prueba a la persona que quieres, sin que el o ella se den cuenta de que es una especie de "examen", para comprobar cómo son en realidad sus sentimientos, de esta manera te llevarás la sorpresa más grata de tu vida o, por el contrario, la desilusión mas grande.
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Es mejor decir adiós que aceptar quedarse como una segunda opción, es mejor decir adiós que aceptar que tengan que pensar si quedarse contigo o con otra persona, es mejor quererse más a uno mismo que a quien tiene más miedos que ganas de estar a tu lado.
Mi magia
No solo estaba enamorada de él, estaba enamorada de quién era yo cuando estaba a su lado, de cómo me sentía cuando notaba que me quería y de la manera en la que los dos nos fusionábamos cada vez que nos mirábamos. No era algo físico, era, como siempre dije, sobrenatural, algo solo semejante a la magia, algo que solo he experimentado a su lado y algo que definitivamente me costará toda una vida olvidar.
Detalles
Solían verse poco pero cuando se veían disfrutaban de lo sencillo, de los pocos momentos que les regalaba la vida, de las horas muertas caminando de la mano por la calle, de una larga siesta acompañada de un bonito rato de placer, de las cosas que hacían por primera vez, de las visitas guiadas, de las risas, de las bromas sin sentido, de los “vete de la cocina que me gusta cocinar sola”, de cuando él la paseaba a caballito, de sus miradas, de los besos que siempre acababan siendo algo más, de las largas charlas sobre los planes de futuro juntos, de los momentos ocultos en la oscuridad diciéndose lo mucho que se habían extrañado, de las caricias a las que dedicaban tiempo, de las tapas en ese bar cutre que a los dos les gustaba, de las cenas en el kebap, de los paseos de invierno bajo la lluvia en los que no faltaba un “pero si no hace frío, debes de ser de Lanzarote”, de los “recuerda” o “ya sabes ¿no?”, de las madrugadas solitarias de camino a casa o de vuelta a la estación, de todo eso que a la mayor parte del mundo le parece insignificante pero que para ellos lo era todo porque estaban donde deseaban, al lado de la persona que querían.
https://www.youtube.com/watch?v=m6Gnr8nrKx4
Heaven
Oh thinkin’ about all are younger years.
There was only you and me.
We were young and wild and free.
Now nothing can take you away from me.
We've been down that road before.
But that's over now.
You keep me coming back for more.
And baby your all that I want.
When your lying here in my arms,
I’m finding it hard to believe were in heaven.
And love is all that i need.
And i found it there in your heart,
It isn't to hard to see were in heaven.
Oh once in your life you find someone.
Who will turn your world around,
Bring you up when your feeling down.
Ya-nothing can change what you mean to me.
Oh, there's lots that I can say.
Just hold me now.
Cause our love will light the way.
Chorus
I've been waiting for so long.
For something to arrive.
For love to come along.
And now my dreams are coming true.
To the good times and the bad.
I'll be standing here by you - oh.
Chorus
Decepciones
Cuando la decepción viene de alguien que crees conocer, que crees saber cuáles serán todas sus reacciones, que apostarías todo por él, duele y duele tanto que no sabes qué hacer para terminar esa sensación tan horrible que está en el pecho.
La verdad es que nunca me imaginé escribiendo notas tristes basadas en él, siempre pensé que él sería la excepción, esa excepción que con todas sus particularidades es única. Pero no, una vez más me di contra un muro, un muro tan grande y alto que no esperaba ver.
Me prometí tantas veces que no volvería a vivir esto que me cansé, me cansé de ser tan tonta, tan estúpida, tan sentimental. Esta vez no me haré promesas difícil de cumplir, sino que viviré todo lo que me proponga luchando contra esa parte sentimental que tantas malas pasadas me ha jugado por volver a abrir esa parte de mí que está cerrada con mil candados después de una mala experiencia. Esta vez pondré mil dos candados, mil para soportar mis recuerdos, uno más por si vuelve y otro por si soy yo la que quiere volver.
Neutralidad sentimental
He tenido que olvidar muchas veces pero aún sigo sin saber cómo hacerlo sin sufrir.
Me gustaría tener una varita mágica que borrara del tirón ese dolor, ese sentimiento, me gustaría poderme perdonar todas las cosas que me he hecho por desear más la integridad de otra persona que la mía propia y me gustaría no querer del modo que ahora quiero.
Solo quiero la neutralidad sentimental que tenía antes, esa que habitaba en mí antes de que nuestras almas se cruzaran, esa con la que tan a gusto vivía, esa que a tantos sorprendía y que tan pocos entendían, esa, que aunque fría y solitaria, me ayudaba a vivir tranquila, sin ese dolor en el pecho que tanto odio.
Soy fuerte. Quiero serlo
Hay días y noches tan diferentes en situaciones iguales que cuando suceden solo lloraría.
Mantener las formas cuando todo está destruido es complicado, sonreír cuando tu corazón y tu alma lloran es lo más imposible del mundo, no mirar a la persona que quieres es la peor de las sensaciones, hacer como que no la conoces es aún más cruel y controlarte para que tu mente no se aleje de tu cuerpo más de mil km es una quimera.
“Soy fuerte, quiero serlo”, tantas veces me repetí esa frase que me cansé de no encontrarle significado, me cansé de usarla, de ser siempre yo la que tenía que aplicarla.
Lloraría sin parar pero no me lo puedo permitir porque esta vez sí cumpliré la promesa que tantas veces me hice; te escribiría a todas horas diciendo lo injusto que fue pero decidí ser lógica por una vez en mi vida; correría lejos sin mirar atrás hasta que olvidara lo mucho que significas; me sacaría del corazón este sentimiento de auxilio que recorre mi cuerpo e incluso sacaría mis sentimientos hacía ti pero prefiero sufrir el tener que aprender a olvidarte para pagar mi incredulidad; borraría todos los recuerdos pero no sería justa conmigo misma porque la mayoría son buenos; me gustaría no tenerte en mi cabeza pero una vez más tengo que aplicar mis teorías del perdón y del olvido.
Ser demasiado empático y compresivo en la vida no ayuda, ser sentimental y pasional tampoco y ser una incrédula que vive de palabras y no de hechos es la mayor estupidez que existe en el amor. (Otra lección más que añadir a la lista)
Corazón vs. cerebro
Duele tanto que siento como mi corazón empuja contra el pecho deseando escapar, queriendo salir de un cuerpo y de un alma que ya se la han jugado muchas veces arriesgando todo a una carta con una mínima probabilidad de ganar.
Al contrario que mi corazón, mi cerebro se alegraba enormemente, la inspiración había vuelto, siempre volvía en el peor de los momentos, en los momentos en los que de la destrucción se atreve a salir algo de creación.
La verdad es que mi cerebro y mi corazón nunca han ido al unísono, lo que dice el uno siempre contradice al otro. Me pregunto a menudo si algún día habrá una tregua entre ambos pero luego me apresuro en contestarme que no depende de ellos, depende de mí y de mis decisiones casi siempre desacertadas.
Siempre odie mi parte sentimental, la que se guía por los pulsos de mi corazón. Si fuera más racional le hubiera hecho caso a mi cerebro cada una de las veces que me alertaba del peligro, del Sandra ten cuidado vas a sufrir y lo vas a hacer a lo grande. Yo tan idiota como siempre apartaba la parte cerebral, que me intentaba guiar por el camino del bienestar, por seguir la parte más visceral que se presentaba ante mí como un jugoso chocolate caliente en un frío día de invierno.
Lo bueno o malo, según como se mire, de las experiencias “traumáticas” es que, aunque al principio cueste verlo, queda un aprendizaje vital que te hace ver que si y que no te apetece vivir el día de mañana. La estupidez humana alcanza cotas muy altas pero también nos hace vivir momentos que nunca creímos vivir, momentos en los que eres feliz y después de todo no le ves la parte mala que le deberías ver. Esa estupidez humana que somos incapaces de controlar, esa que nos hace anteponer el corazón al cerebro, lo pasional y sentimental a lo racional, esa que nos hace alejarnos de los valores que siempre seguimos, esa que nos hace llorar, reír, creer, arriesgar, soñar y cometer locuras se llama amor, esa palabra tan estúpida que tanto nos amarga y a la vez esa que tanto nos regala.
Pequeña
Tantas decepciones me enseñaron a ver que no servía de nada soplar dientes de león deseando que decidieras quedarte, que por muchas margaritas que desojara la respuesta siempre sería no y que por muchos juegos que hiciera él nunca saldría como definitivo.
Yo soy esa niña que siempre soñó con la felicidad, pero no esa felicidad que te aporta lo material sino la felicidad que descubres con cada nimio detalle, con cada persona real y sincera, con cada viaje y con cada estancia en casa después de mucho tiempo fuera.
Hoy queda poco de esa niña. Después de perseguir esa felicidad durante mucho tiempo, descubrió que siempre hay ogros que parecen príncipes y príncipes que no percibimos si no nos fijamos bien. La niña a la que le gustaban los detalles descubrió también que no solo las palabras bonitas importan sino que lo que realmente significa son los hechos, esos que nos demuestran que todo en la vida tiene sentido si la persona que quieres está al 100%.
A día de hoy, esa pequeña incrédula ha vivido más daños de los que hubiera deseado, ha cerrado tantas cicatrices en su corazón que ya no tiene espacio para una más y esta última, que llego sin previo aviso, no sabe qué lugar tomar en ese órgano tan estropeado.