El tiempo
Llevo pensando en volver a escribir ya varias semanas pero la verdad es que, no sé si por pereza, vagancia o falta de inspiración, no lo había hecho.
La inspiración, las ideas, normalmente me venía por la noche, cuando estaba en la cama a punto de dormir, y claro eso desencadenaba la pereza y la vagancia; estaba tan agustito en mi morada preferida que salir de ella para escribir no era la mejor de las opciones.
Lo más curioso es que mi cuerpo y mi mente me querían decir algo, constantemente me mandaban señales: tú no haces lo que realmente quieres en ese momento, escribir, y te duermes, pues yo hago que cuando te levantes tengas la sensación de que no has dormido más de dos horas aunque sean las diez de la mañana, te pones excusas con “no estoy inspirada”, pues te mando sueños inspiradores para que finalmente cojas la pereza, la eches a la basura y te pongas a escribir.
Y realmente pasa esto con todo, nuestra mente y nuestro cuerpo nos mandan una y otra vez pequeñas señales para que nos demos cuenta de que algo no va bien o que no estás haciendo algo que debes hacer. Hay infinidad de ejemplos: cuando estamos perezosos, nos cuesta cocinar y nos dedicamos a comer basura precocinada, nuestro cuerpo nos manda pequeños mensajes en forma de diarrea, de pesadez corporal, de caída capilar…para que digamos “uy, algo no marcha bien, tal vez sea que me estoy pasando con la fast food”; otro caso sería en el que nos pasamos horas muertas frente a un televisor, ordenador o móvil, desperdiciando el tiempo; después de un par de días así los mensajes vuelven, el sentimiento de culpa nos acecha, la frustración, el sentirse poco útil, nos duele el cuerpo por el sedentarismo, los ojos pican por estar horas y horas frente a una pantalla… y es que nuestro cuerpo nos está hablando, nos manda señales para que saquemos el máximo partido a todo lo que nos rodea. Puedes ver unos minutos la televisión o seguir al “youtuber” de turno si eso te hace gracia, pero solo eso, unos minutos. Aprovecha el tiempo, tu tiempo, dedícate minutos, aprende, haz deporte, cuídate, come sano, viaja aunque sea a ver unas ruinas de un pueblo cercano, haz cosas “handmade”, medita, escucha tu cuerpo, pasa tiempo con tu familia…en definitiva no malgastes tu vida porque vida solo hay una.
