Día 6
Día 6
Este día, al menos ha sido un poco diferente.
Los reyes habían llegado y parecía que por momentos sus deseos se habían cumplido.
La noche había sido horrible, la ansiedad se había apoderado de ella, tenía un dolor en el pecho que le dificultaba la respiración, soñaba constantemente con él y de manera, casi inconsciente, miraba el móvil esperando un mensaje suyo. Era una estúpida.
Sabía que el deporte ayudaba a mitigar la furia que llevamos dentro en ocasiones, así que cogió sus patines y se fue a patinar. Corría rápido, muy rápido, respiraba profundo pero la ansiedad no se iba. Después, se quito los patines y, agotada, se sentó en el suelo del polideportivo. Mirando al sol, respiró profundo e intento calmarse.
La ansiedad viene y va, ella intenta ser positiva, pero no hay ni un minuto en el que su cabeza no le esté recordando lo mismo. Lo único que la calmaba era pensar en que le quedaba un futuro magnífico y que algo grandioso estaba por llegar. Pensaba en un buen futuro, pero no en un futuro al lado de un hombre porque eso era demasiado fácil, podía tener a muchos, pensaba en un futuro donde ella fuera la única protagonista, la única a la que cuidar y a la única a la que mimar.
Tiempo, tu eres su mejor aliado.
