Día 4

Día 4

Un día más o un día menos según como se mire.

Este día ha sido especialmente duro para ella. Haciendo un esfuerzo por recuperar su ánimo decidió salir, liberarse de la soledad que esos días seguía para comprobar si un baño de gente le vendría bien. No fue buena idea. Ella, por lo general, odiaba las aglomeraciones, y esa visita a un centro comercial en días navideños fue la peor idea que se le pudo ocurrir; los villancicos que sonaban de fondo le hacían estar más triste  (estas navidades estaban siendo eternas, las estaba odiando), la gente y sus voces tan altas hacían que no pudiera escuchar su yo más íntimo lo que hacía que continuamente quisiera llorar. De repente, veía parejas felices por todos los lados, parejas con niños, parejas haciendo planes de futuro,...parejas que, en definitiva, le mostraban lo que ella no tenía.

Se sentía mal, quería correr, huir y comprobar si en esa huida se iría el dolor que tenía en el pecho. Ella sabía que ese dolor no se marcharía, al menos no hasta dentro de mucho, pero también sabía que no podía vivir así, encerrada en la melancolía, la agonía y la desesperación.

Ella se sentía muy pequeña, desvalida, pensaba que era más insignificante que un grano de arroz para el resto del mundo, su autoestima estaba en el subsuelo y su fortaleza había desaparecido.

Los días pares, al igual que los impares, hacia el olvido son jodidos, muy jodidos.

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