Un olor otoñal

Qué bonito era no pensar, qué bonito era solo sentir.

Un olor, de repente, en la calle, en la ciudad, un día cualquiera de otoño. Tomo aire, lo inhalo, respiro profundo y este no llega solo hasta lo más interno de mis pulmones, sino que también viaja hasta los más lejanos recuerdos; me entra un nudo en el estomago, puedo olerte, puedo incluso sentir tus labios si cierro los ojos, puedo…pero no, el olor se va y la magia creada con él también. Qué bien olía esa colonia. Realmente no era la colonia la que me gustaba, lo que me gustaba era esa colonia en él, en su pelo, en sus manos cuando acariciaban mi cara o en mi almohada cuando se iba.

Llego a casa y aún estoy devastada por ese recuerdo. Y es que aunque creamos que una historia se ha ido por completo, que los recuerdos son borrosos o que las sensaciones se desvanecieron en el tiempo, no ha pasado eso; solo hace falta un instante y un olor para devolverlo todo. ¿Y sabéis que?, lo agradezco. Me gusta vivir cercano algo que es tan lejano, me gusta saborear con mis labios unos besos que fueron pero ya no son y me gusta ir al Mercadona, oler esa colonia que creo que es la que llevaba, cerrar los ojos y trasportarme a una noche de verano con música, de oscuridad, de besos, de susurros, de caricias, de promesas, de amor, de abrazos de puntillas, de risas infantiles… la vuelvo a oler y me transporto a tardes de verano, de baños helados, de fotos, de coche, de comidas…abro los ojos pero me resisto a irme, la huelo una vez más y me trasporto a días de otoño, de paseos a la estación, de rutas guiadas, de tardes de invierno, de dudas, de lloros, de pena, de dolor y de mañanas de adiós.

Y, de repente, la voz de la chica de la sección de cosméticos del Mercadona me devuelve  a la realidad con un molesto "¿te puedo ayudar?", la miro y pienso , si, ¿puedes volver el tiempo atrás?.

¿Pero realmente cambiaríamos algo si volviéramos atrás? Supongo que la respuesta es sí, al menos en mi caso. La sabiduría y la valentía que te aportan los años es un plus añadido.

Esto no deja de ser un relato más, un reflexión más pero lo que si es verdad es el poder que tiene el olfato, creo que pocos sentidos lo igualan; sin poder tocar, sin poder ver y sin poder oír, solo con oler puedes viajar días, meses y años atrás, e incluso puedes volver a tener ese primer orgasmo tanto emocional como físico.

A todas las pequeñas grandes revoluciones.