¿Singular o plural?

¿Somos amor o somos pasión? ¿Somos cuerpo o somos alma? ¿Somos cerebrales o somos viscerales? ¿Somos singular o somos plural? ¿Por qué no podemos ser todo?

¿Podemos aunar entes totalmente opuestos? Tal vez sí o tal vez no. Si me tuviera que decantar por una de las dos opciones, diría que sí pero con un matiz, siempre que haya intencionalidad, disponibilidad y cordialidad. 

Todos estos antónimos no tendrían razón de ser si no tuvieran al otro. La pasión sin amor pierde todo su significado, la pasión sin amor es algo banal, mundano, animal, primario...y el amor sin pasión es quietud, es prisión, es un sentimiento no demostrado, un cuerpo necesita decirle a otro su amor y un alma necesita encontrarse con la otra a través de una conexión, el clímax; el clímax, los orgasmos es la manera que tienen las almas de decirse  una a la otra que existen y cuando logran encontrarse los cuerpos arden.

Un cuerpo sin alma no tendría sentido, estaría vacio de significado, de personalidad y un alma sin cuerpo no existiría, no podría mostrar a los demás cómo es. 

Generalmente, somos más viscerales que cerebrales, nos mueven impulsos, sentimientos, emociones, recuerdos...la parte más cerebral intenta controlarlo pero muchas veces no puede. Lo adecuado sería sincronizar estos dos aspectos.

Me gusta ser singular, me encanta serlo. Pero somos humanos y antes o después necesitamos ser plural. De nuevo, lo mejor es una combinación, algunos momentos de singular dedicados a nosotros mismos, a cultivar nuestra mente, nuestro alma y nuestro ser y el resto de momentos de plural, momentos con la familia, amigos, pareja, etc.

La combinación perfecta no existe pero debemos buscar la que más se ajuste a nuestra forma de ser, forma de vida y aficiones.