Un día más, Navidad

Será porque se acerca la Navidad, por eso que llamamos sentimiento navideño, y me hace estar más sensiblera pero es que le veo la parte bonita hasta al aire locuelo que hace por Zaragoza.

La Navidad es bonita en eso estamos todos de acuerdo. Pero también es muy "jodida"; es jodida de llevar cuando el listo de tu jefe, desde su cómodo y calentito sofá, decide que tienes que trabajar hasta las nueve de la tarde el día de Noche Buena o Noche Vieja, ¿cómo podrás llegar a cenar a casa de tu familia si viven a más de 300 km?, pues sin llegar, quedándote en casa cenando solo con tus gatos o con la única compañía de la televisión, en este caso la Navidad no es bonita; la Navidad es jodida cuando una sola persona tiene que cocinar para todo un batallón de familiares hambrientos quienes deciden estar muy ocupados para ayudar a la que ejerce de cocinera, quien acaba dormida en el sofá antes de las 12 campanadas; la Navidad es jodida cuando en la mesa familiar empiezan a estar huecos vacios, cuando los recuerdos te dicen que ya nada volverá a ser lo mismo esas fechas porque las personas que hacían especiales esos días ya  no están; la Navidad es jodida cuando una pareja de ancianos se encuentra sola en casa o en una residencia, lejos de los barbaros de sus familiares quienes creen tener una vida social muy repleta en la que no tienen cabida esas dos personitas tan especiales. Por todo eso y mucho más, la Navidad es difícil para muchos, menos jodida para otros y más fácil para algunos. Lo mágico está en encontrarle lo bonito aunque sea a un pequeño instante.

Y sí, claro que la Navidad es bonita pero no por los regalos y por las grandes comilonas dignas de un frasco de sal de frutas, la Navidad es bonita por muchas otras cosas menos mundanas. Yo veo la belleza de la Navidad en los niños que preparan durante un mes un villancico para cantarlo el día 22 en una residencia de ancianos, veo la belleza cuando el jefe decide premiar a sus trabajadores por el buen trabajo realizado durante todo el año, la vuelvo a ver cuando un grupo de voluntarios ayuda a que los mendigos de la ciudad pasen, al menos, una noche más calentitos y menos solos, la vuelvo a visualizar cuando los hijos o sobrinos de esos ancianos que viven solos deciden pasar horas a su lado, la observo cuando se cantan canciones alrededor de la mesa, cuando todos ayudan a cocinar, cuando la familia de ese trabajad@r que tiene que currar hasta las nueve de la tarde en Noche Buena decide trasladarse a casa de ese currante para poder pasar esa noche tan especial en familia y, finalmente, la belleza de la Navidad será más cuando dejemos a un lado el ego y practiquemos más la empatía y la ayuda mutua porque un te quiero y una mirada cariñosa siempre tendrá más valor que un regalo comprado a última hora en un gran almacén.

Época de Navidad, época para practicar la humanidad, el altruismo y la sensibilidad. 

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