"Into the wild"

Qué bonito es conectar con la parte más ancestral de nosotros mismos, qué bonito es disfrutar de la naturaleza en soledad y qué bonito es tumbarse en medio de la nada escuchando, oliendo y disfrutando de los sonidos, los aromas y los colores de la madre tierra.

Vas en la bici y sientes el aire, sientes como pasa a través de tus fosas nasales, te desintoxica, te libera, es como si volaras. Solo estáis tu bici y tú, pero en ese momento te sientes la persona más poderosa del mundo.

Encuentras un abrigo debajo de una preciosa encina, seguro que no tendrá menos de 50 años, y te tumbas. En ese momento lo que menos te preocupa es si te manchas o si algún animal se acerca porque estas conectado con tu parte más intima, estas relajado, estas como drogado. Tu mente abandona tu cuerpo y fluye.

Cierras los ojos, escuchas los sonidos, hasta los más pequeños, no hay ruido de coches, ni de gente, es como si fuera otro mundo; huele a jara, a tomillo, a girasoles, a naturaleza…qué sensación tan mágica. Es como si formaras parte del entorno, es una autentica fusión.

De repente escucho un sonido entre las encinas y me asusto.  En un segundo se me pasan por la cabeza tres estrategias de escape si un jabalí se acercara. Pero nada de eso, solo era un pájaro jugando en su patio de recreo. Qué felicidad con tan poquito.

El pájaro me ha hecho salir de mi mundo de divagaciones y decido irme, no sin antes coger un ramito de tomillo para llevar conmigo un poco de ese preciado regalado de la naturaleza.

Vuelvo al caos pero estoy emocionalmente sana después de esa terapia tan reparadora.

Y lo mejor de todo es que siento esto sin tomar una sola droga :) :)